Crónica
Maquillados para el último adiós...
Por: Jessica Jaramillo Ancínez
Faltan 5 para las 9 y el tiempo se agota, estoy sentada en una banca esperando la entrada de un cadáver. Mis manos están sudando, mi cuerpo tiembla del nervio, mi corazón late a millón, en mi garganta no puedo soportar un nudo que no me deja pronunciar palabras; puedo sentir un cosquilleo en mi rostro que ataca mi nariz como si fuese a desmayarme, poseo el presentimiento que no tarda en llegar; surgen unas ansias por descubrir una nueva sensación. Ya a las 9:00am en punto aparece el cadáver y con él nos dirigimos al laboratorio.
“Toma colócate este tapa boca y la bata para evitar las infecciones que trae el muerto, relájate que los muertos no reviven después de marcharse, por los menos a mi nunca se me ha revivido uno” comenta Gabriel Moreno tanato de la funeraria, mientras lanza unas carcajadas.
Cuando entro al laboratorio percibo una sensación rara e indescriptible, me llevo una gran sorpresa, el lugar no es como comúnmente lo pintan, tenebroso, sucio, paredes blancas llenas de sangre y con un olor fétido; es todo lo contrario es un espacio amplio, higiénico, fresco y con mucha luz, se siente un ambiente permeado de formol y con un silencio profundo, tal vez el silencio de la muerte. Con nervios me acerco al difunto y Gabo me dice: “la única manera que se te pase el miedo es que toques al muerto” ¡ven tócalo!. Con muchos nervios toco el cadáver y siento la sensación como cuando uno coge un pollo congelado.
Ya en confianza y acostumbrada al formol y a la sarna, pregunto su nombre y la edad, es una mujer de unos 40 o 45 años aproximadamente, su muerte según sus familiares fue por un enfisema pulmonar cuentan que: “era un mujer que desde muy joven le toco vender arepas en Marialabaja, Bolívar y el humo constante le produjo la enfermedad.
Comienza el proceso de la tanatopraxia veo cuando le realizan una incisión en la pierna derecha buscando la vena para retirar sangre del cuerpo. Con la hidroaspiradora se le realiza un hueco en el abdomen para sacar toda la materia fecal, es increíble la cantidad de grasa que habita en el cuerpo humano, este proceso de preservación del cuerpo es largo, tedioso y dura aproximadamente 40 minutos, este proceso es muy similar a la liposucción de grasa en el cuerpo, después de ver esto no me quedan ganas de practicarme la lipo. “La clave del maquillado está en la preservación del cuerpo, sin esto no se consigue la textura y la humedad para que el rostro reciba los cosméticos”. Afirma Gabriel Moreno.
A eso de las 9:40am comienza el proceso de maquillado, la mujer se pasa a otra cama para que sea más cómodo, ya hay Gabo se convierte en un peluquero, saca una serie de implemento entre esos labiales de todo los colores, polvo compacto, base, rubor, sombras entre otros, “En mis 10 años de experiencia nunca me había costado tanto trabajo maquillar a un muerto pero cuando el difunto es de piel moreno o negro es bastante complejo, no todas las bases sirven y me han devuelto cadáveres porque a las familias no les gusta el maquillaje” esta mujer es morena y toca maquillarla muy sutil, “Toma maquíllala tu” me dice Gabo, en mi rostro un gesto de asombro, pero ya más relajada tome el polvo lo aplico, y difumine el labial con mis dedos en sus labios, añadiendo pestañina con cuidado para no manchar su piel, tratando de darle un color más vivo, “ahora si la deje como viva”. Todo el maquillaje tiene que contrastar con el vestuario, en este caso la mujer estaba de blanco y no era tan complicado. Mis manos temblando pero con una felicidad porque es algo nuevo e interesante que quería descubrir hace mucho tiempo, una emoción invade mi corazón porque quiero ver la reacción de la familia cuando la vean.
Por un instante, Gabo sale hacia la puerta y logro experimentar unos segundos a sola con el cadáver, le toco los pies y en ese momento pienso que podría abrir sus ojos y decirme “tu niña porque me tocas, no seas atrevida”. Pero eso son solo impresiones. Gabo regresa la viste y la levanta colocándola en el cofre lista para la velación.
Saliendo uno entrando otro cadáver, como segunda impresión después de la primera eran menos los nervios tenia ansias que lo abrieran rápido, era una mujer mayor de unos 80 años, muerte natural pero al momento del proceso de preservación el olor era muy fuerte, estaba llena de materia fecal y el trabajo fue más largo, cuando empieza el maquillado fue fácil porque la mujer era más clara, y su familia pidió un maquillaje sutil con colores rosados. Terminado el cadáver pasa a la sala de velación logro ver cuando lo llevan y la familia lo mira con dolor e impotencia por su muerte, muchos gritan, patalean y hasta golpes de pecho se dan “Pero muchos son porque cuando tuvieron a ese ser querido a su lado no lo valoraron como debían. Afirma Gabriel Moreno.
Pero Gabo me dice: “La muerte como tal hay que saberla manejar, hay que enseñar a las personas que para seguir adelante sin el ser querido hay que vivir un duelo que nos permite aceptar la muerte”. Afirma Gabriel Moreno.
Esto es tan cierto la vida sigue y los años también es solo cuestión de:"Aprende a morir y aprenderás a vivir. “Nadie aprenderá a vivir si no ha aprendido a morir", (así rezaba un viejo manual occidental sobre la muerte y el proceso de morir). En esto queda reducida la vida, nuestras almas van al cielo y nuestro cuerpo queda como una simple materia y listo para que nuestros seres queridos le den el último adiós. Eso lo pude comprobar porque viendo bien, el cadáver era solo materia esto logra cambiar el paradigma de que en cualquier momento el muerto despertara, todo está en la mente y en nuestra capacidad de imaginar.Muchos hemos asistido al funeral de algún conocido o familiar, pero nunca observamos lo que lleva puesto el cadáver o en su presentación personal, lo pasamos por alto, por eso muchos de nosotros sabiendo en qué consiste todo este proceso vamos a observar a nuestros muertos con otros ojos.
FUENTES INFORMATIVAS:
Personales:
§ Gabriel Moreno- Tanatoprácta.
§ Funeraria Lorduy.
§ Familiares del difunto.
§ Carmen Mendoza- familiar del difunto.
Documentales:
§ Crónica: “Maquillando restos; despidiendo vidas” (Ariel Guzmán estudiante de la Jorge Tadeo Lozano).
JESSICA JARAMILLO ANCÍNEZ
COMUNICACIÓN SOCIAL
UNIVERSIDAD JORGE TADEO LOZANO
CARTAGENA; MARZO-31-2008
